Si tuvieras que elegir un solo ingrediente para añadir a todas tus comidas, ¿cuál escogerías? ¿Alguna vez te lo has preguntado, cocinitas? En ALDI lo hemos meditado largo y tendido y lo tenemos clarísimo: el tomate. Y la razón es muy sencilla. Se trata de una fruta muy versátil que se puede preparar de mil formas distintas y que, además, se adapta a cualquier plato. ¿Que te apetecen unas lentejas caseras? Añade tomate a la base. ¿Te entra mejor una pizza, una paella, un plato de pasta o una ensalada fresquita? Más de lo mismo. El tomate está presente en casi cualquier receta. Tomate for president.
Hoy te proponemos una nueva forma de preparar este alimento. Después de enseñarte a hacer conservas de tomate caseras y de desvelarte las claves para preparar el gazpacho perfecto, te toca aprender a hacer tomates secos. Esta receta no tiene ningún misterio y te permitirá mejorar tus ensaladas y otros platos. ¿Te animas?
Estás ante uno de los métodos de conservación más antiguos que existen. El secado o desecado consiste en extraer la humedad de un alimento exponiéndolo a altas temperaturas, ya sea de forma artificial, con deshidratadoras y hornos, o debido a condiciones ambientales naturales, como el sol. En este último caso, el calor generado por nuestra estrella favorita evapora la mayor parte del agua que se encuentra de forma natural en el alimento con dos objetivos: aumentar su vida útil y desbloquear un sabor y una textura totalmente nuevos.
Por si te lo estás preguntando, no, los tomates no son el único alimento que podemos someter a este método. De hecho, la lista es bastante larga. Hay muchas frutas aptas para el desecado, como ciruelas y plátanos, así como una gran variedad de hortalizas, hongos, legumbres e incluso carne y pescado. Haz la prueba primero con la receta de tomates secos que viene a continuación y, después, experimenta con otros ingredientes. Pero, ojo, que esta técnica crea adicción y te va a costar dejar de prepararla.
Te lo advertimos: el secado de tomates al sol no es el método más rápido ni por asomo, pero sí el más natural. Dependerá de tus prioridades elegir una preparación u otra. ¿Todo claro, cocinitas? Pues vamos a ello.
Elijas el método que elijas, la primera decisión que debes tomar es la elección de una buena variedad de tomate. En esta publicación de ALDI, te desvelamos las características de los tipos de tomates más habituales. En ella encontrarás el tomate pera, uno de los más top para este método. Cuando lo tengas en tu poder, prepara una caja y engancha una malla de plástico encima de la parte abierta con ayuda de unas cuantas bridas o unos alambres. Como ves, además de cocinitas, hoy serás manitas.
Una vez lista la base sobre la que tomarán el sol nuestros tomates, toca ponerse el delantal. Dependiendo del tomate que hayas seleccionado, tendrás que hacer un corte u otro. Si te has decantado por una variedad de tomates grandes, como el tomate en rama, haz cortes en rodajas de un centímetro aproximadamente; en cambio, si tu elección ha sido el ya nombrado tomate pera o el tomate Cherry, bastará con cortarlos por la mitad. Dato importante: no es necesario pelar los tomates ni extraerles ninguna parte en concreto. Simplemente córtalos, colócalos encima de la malla y echa sal gorda por encima.
Después, pon un trozo de mosquitera o de una tela transpirable similar por encima para que los pájaros o bichitos no picoteen nuestro pomodoro y saca la caja al jardín, a la terraza, al balcón o a cualquier lugar donde el sol pique. Espera de 2 a 4 días, dependiendo de los rayos de sol que alcancen la zona, y guarda tus tomates directamente en un bote de cristal. También puedes conservarlos bañados en aceite de oliva o triturarlos en forma de polvo. ¡Maravillas de la vida!
Si tienes prisa por saborear tus tomates secos, este es tu método. Corta los tomates pera por la mitad y, después de retirar las semillas, colócalos en un bol con 25 g de sal y otros 25 g de azúcar durante una hora. Tras su maceración, verás que han soltado bastante agua; retírala para poder seguir con la receta. Ahora, añade un chorrito de aceite por encima y añade especias al gusto. Orégano, pimienta, tomillo… Tú mandas. Una vez que el bol esté en el horno, prográmalo a unos 60º durante 3 horas. Eso sí, no te olvides de escurrirlos cada media hora. Pasado ese tiempo, saca los tomates del bol con cuidado de no quemarte y colócalos en la rejilla del horno. Allí deberán seguir deshidratándose durante 3 horas más. ¡Listo! Consérvalos o consúmelos en el momento.
Tal y como lo lees: antes de consumir los tomates deshidratados hay que hidratarlos si queremos evitar su textura chiclosa. Irónico, pero necesario. Es muy fácil: sumérgelos en agua caliente durante 20-25 minutos. No tiene más. En el caso en el que decidas utilizar agua tibia, sin calentar, el proceso es un pelín más largo; quizás con una hora podría bastar. Y, si tienes ganas de marcha, puedes cambiar el agua por vino o aceite. ¡Olé!
¿Tienes en casa un bote de tomate seco en aceite y no sabes qué hacer con él? He aquí una dosis de inspiración: prueba a colocar algunas mitades sobre un trozo de un buen pan casero acompañadas de burrata y aguacate o utilízalos como salsa en tu pasta preferida. Mmm… Y, si lo tuyo es la comida oriental, añádelos a tu receta de sushi. Top.
Si el tomate natural en ensaladas ya está riquísimo, no te puedes imaginar cómo combina el sabor del tomate seco en este tipo de platos. Solo tienes que hidratarlos (si no están conservados en aceite) y luego cortarlos en tiras o trozos pequeños si son piezas demasiado grandes.
¿Nuestra recomendación? Mézclalos con lechuga, frutos secos, un buen queso (tipo feta o de cabra) y vinagre balsámico. Añade también granada si te has despertado con ganas de dulce.
¿A qué esperas? Visita ya tu ALDI más cercano para comprar tomates al mejor precio y empezar a secarlos en casa. Y no olvides echar un vistazo a nuestro folleto online, ¡porque los puedes encontrar de oferta! Aprovecha y convierte tu cocina en el taller de los sabores más intensos.
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