Mira que hay olores insoportables. Por nombrar un par, el que desprende el fregadero cuando los restos de comida se acumulan en él o el hedor de la nevera cuando se caduca algún producto en su interior no hay quien los aguante. Puaj. Pero si hay un mal olor que saca de quicio más que ningún otro, y seguramente estarás de acuerdo, es el olor a humedad en la ropa. Uff, ¡inaguantable!
Lo que más rabia da no es el olor en sí (que también), sino la facilidad con la que podría haberse evitado. Por eso, en este artículo te vamos a enseñar cómo quitar el olor a humedad de la ropa, pero también cómo prevenirlo para que no vuelva a pasarte. ¿Estamos ready?
El primer paso para deshacernos del dichoso olor a humedad es saber cuál es la causa. Puede que estés haciendo algo mal durante el proceso de lavado, que los productos que utilices no sean los adecuados o que la lavadora no esté en las condiciones más idóneas. Veamos todas las causas posibles en profundidad para encontrar la tuya y descubramos cómo evitar caer en el error. ¡Presta atención!
Sinceridad ante todo: la mejor manera de quitar el olor a humedad es lavando otra vez las prendas en la lavadora. Ahora bien, si por X o por Y te es imposible hacerlo, puedes seguir los truquitos que te traemos hoy para, al menos, mitigar ese molesto olor. ¡Son infalibles!
No nos estamos quedando contigo, pinky promise. Aunque nunca nos lo habríamos imaginado, el vodka es un desodorizante casero de lo más efectivo que puede mitigar el olor a humedad de tus prendas en cuestión de minutos. No es magia, sino más bien química: el alcohol neutraliza los olores. Solo tienes que mezclar una parte de vodka (sin aroma, ¡importante!) con una parte de agua en un pulverizador, rociar la prenda y dejar que se seque al aire libre. ¡Aleluya!
También puedes probar la opción 0,0: utilizar un periódico de papel para quitar el olor a humedad de la ropa. Sí, de los de toda la vida. Lo único que tienes que hacer es colocar unas hojas entre las prendas con olor y dejar que el papel absorba tanto la humedad como el mal olor. Eso sí, este método es más lento, por lo que no deberías desesperarte si las prendas siguen oliendo a humedad pasados unos minutos. Todo a su debido tiempo, coleguita.
Llega el temido momento del cambio de armario. Esta vez, a la aparatosa tarea de sacar la ropa de las cajas y guardarla de nuevo doblada en el armario, se suma la de intentar eliminar el olor a humedad que se ha apoderado de las prendas mientras no se usaban. Después de tirarte de los pelos y maldecir a diestro y siniestro, haz lo siguiente: mete la ropa en la lavadora y agrega una taza de vinagre blanco directamente en el tambor. Si la prenda lo permite, utiliza un programa de lavado con agua caliente.
En cuanto la lavadora termine de hacer su trabajo, saca la ropa y tiéndela en un tendedero al aire libre. Si es posible, intenta que le dé el sol. ¿Vale? Una vez seca, vuelve a lavarla, pero esta vez con una taza de bicarbonato de sodio, y repite el procedimiento de secado. Buen trabajo, darling.
Paso 1: Ventila el armario
El primer paso para combatir el olor a humedad es permitir que el aire fresco circule libremente dentro del armario. Abre las puertas durante varias horas para ayudar a reducir la concentración de humedad y facilitar que los olores desagradables se disipen. Muy bien. Si el armario está en una habitación cerrada, abre también ventanas o usa un ventilador para mejorar la circulación del aire.
Paso 2: Limpia con vinagre de manzana
Después de ventilar, es fundamental limpiar las superficies internas del armario para eliminar bacterias y hongos, que son los principales responsables del mal olor. Prepara una mezcla a partes iguales de agua y vinagre de manzana y úsala para limpiar estantes, paredes y puertas con un paño suave. ¡Reluciente y sin olores!
Paso 3: Usa café molido para eliminar la humedad
Una vez limpio y ventilado, coloca dentro del armario pequeñas bolsas con café molido seco. El café es un absorbente natural que ayuda a capturar la humedad residual y neutraliza los malos olores, dejando un aroma suave. Si no tienes café a mano, otra alternativa efectiva es usar arena de gato para absorber la humedad. ¡Olé tú!
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