No disimules, estamos segurísimos que sabes lo buena que está la nata montada. Confirmamos. Y, por lo tanto, sabes a ciencia cierta qué es. Se trata de una crema homogénea de leche y azúcar a la que se le añade aire batiéndola para lograr consistencia y una textura esponjosa.
Esta delicia es indispensable en el mundo de la repostería, sobre todo como relleno o cobertura de todo tipo de postres. Sorprendentemente, también se emplea en elaboraciones saladas, tales como salsas y sopas. Y si te preguntas cómo hacer nata para cocinar en casa, aquí encontrarás la forma más fácil de lograr una textura cremosa y esponjosa. Prepárate porque nuestra receta de nata montada te hará caer en la tentación sí o sí. Ponte a prueba.
Hay varios factores que debes tener en cuenta a la hora de escoger la mejor nata líquida para montar. Te animamos a leer detenidamente las etiquetas de los productos. En este caso, cerciórate que el porcentaje de materia grasa se sitúe entre el 30 y el 40 %. ¿El motivo? Porque cuanto mayor sea el contenido de grasa, más sencillo resultará montar la nata. Lección aprendida.
Maestro pastelero/a, montar nata es un proceso bastante rápido. No obstante, tienes que ir con bastante cuidado en el momento de batir. Y otra cosa, mariposa: la cantidad de azúcar dependerá del nivel de dulce que desee tu paladar. Vaya, que es cuestión de gustos.
Dicho esto, te explicamos cómo hacer nata montada de forma fácil, para que lo tengas todo bajo control. ¡Sigue nuestro paso a paso!
Utensilios necesarios
Por lo general, lo esencial para montar nata como es debido es contar con un cuenco metálico de acero inoxidable o de vidrio, de tamaño adecuado y unas varillas. En este sentido, puedes utilizar un batidor de varillas manual, una batidora de mano con varillas, un robot de cocina o incluso una amasadora con su correspondiente accesorio.
Es cierto que no es muy habitual hacer nata montada en casa con la ayuda de un sifón de espumas. Aun así, hay muchos expertos que recomiendan este utensilio de cocina, pues con él se obtiene una textura especial, extremadamente suave. En cambio, la nata montada hay que servirla al instante, ya que pierde estabilidad rápidamente. Vamos, te toca decidir qué método emplear para montar nata en casa.
Paso 1. Enfría los utensilios y la nata líquida
Para montar nata con éxito necesitamos que esta esté muy fría antes de empezar con la receta. Por consiguiente, nada de trabajarla a temperatura ambiente. Si tienes prisa, opta por dejarla unos minutos en el congelador, siempre con cuidado de que no se congele. Haz lo mismo con los utensilios que emplearás, enfriándolos en el congelador durante 20-30 minutos más o menos.
#ALDIconsejo: a la hora de montar la nata, aléjate de las fuentes de calor. Y, si tu cocina parece un horno, no lo dudes y dispón el cuenco sobre otro recipiente más amplio lleno de cubitos de hielo. Solucionado.
Paso 2. Bate la nata a velocidad media
Agita enérgicamente el tetrabrik de nata y vierte todo el contenido en el bol. En nuestro caso, preferimos emplear la batidora de varillas eléctrica. Al lío, my friend, porque empiezan las fases de batido. Bate la nata líquida a velocidad media, nada de forzar la máquina. Comprueba que, al cabo de poco tiempo, la nata adquiere una mayor densidad y va aireándose, es decir, llenándose de burbujitas. ¡Siguiente!
Paso 3. Sigue batiendo y agrega el azúcar
Sube la velocidad de la batidora eléctrica a una potencia media-alta. En breve la nata estará parcialmente montada, no desesperes. Cuando haya crecido y empiece a adoptar una textura esponjosa, añade el azúcar paulatinamente. No dejes de batir mientras lo incorporas. Prueba el punto de dulzor.
#ALDIconsejo: si te decantas por azúcar glasé ten en cuenta que siempre tendrás que tamizarlo a conciencia antes de incorporarlo con éxito a la receta de nata montada.
Paso 4. Bate hasta obtener la consistencia adecuada
Cuidado, la última fase del batido de la nata tiene su qué. De hecho, si montas la nata más de la cuenta se cortará, separándose la grasa del suero. Vaya, que en vez de nata montada tendrás prácticamente mantequilla de la buena. Para que esto no te suceda, querido/a cocinitas, para de batir justo en el momento en que la nata forme una especie de picos al levantar las varillas y su textura permita darle la vuelta al recipiente sin que esta se caiga. Lo conseguiste, claro que sí.
Sí, se puede montar nata a mano, y si además te preguntas cómo hacer nata para cocinar sin batidora, este método es perfecto. Sin embargo, el procedimiento es mucho más sacrificado y tardarás más tiempo. Si te atreves con el reto, acéptanos un #ALDIconsejo: realiza movimientos envolventes, regulares y enérgicos con unas varillas. ¡Ah! Desayuna fuerte y ármate de paciencia. ¡Vamos, que tú puedes!
Y ya que te animas con esta versión más artesanal, aquí van unos truquitos extra: asegúrate de que la nata esté muy fría antes de empezar, porque si no se cortará y no conseguirás la textura cremosa que buscas. Elige un bol de metal o de vidrio, nunca de plástico, ya que ayudan a mantener mejor el frío durante el batido.
Otro secreto que marca la diferencia es la constancia. No te detengas a mitad de camino, porque en cuanto la nata empieza a coger cuerpo hay que seguir sin pausa hasta lograr esos picos firmes que tanto nos gustan. Si ves que tus brazos piden tregua, haz un descanso breve, pero no demasiado largo, porque la nata puede perder estabilidad.
La nata montada es una receta ideal para complementar tus dulces y postres por todo lo alto. Mucha atención a los manjares made in ALDI que te presentamos a continuación, pues cuando los pruebes no habrá retorno. ¿Estás ready?
¿Postres con nata montada para chuparse los dedos? Sí, con esta mousse de nata y frambuesa te será imposible no hacerlo. Solo necesitarás un delantal y muchas ganas de disfrutarla. Se prepara con una base crujiente de galleta sablé y una mousse suave de nata y frambuesas. Para hacer la galleta necesitamos mantequilla, azúcar, harina y huevo. Una vez hecha la masa, se deja enfriar en el frigorífico unos 30 minutos para después estirarla con unos rodillos, cortarla en círculos y hornearla a 180º durante 12 minutos. La mousse se elabora a base de yemas montadas con azúcar, nata batida y gelatina. La mitad de la mezcla se combina con un coulis de frambuesas casero, hecho a partir de cocer, triturar y colar las frambuesas con azúcar y agua. Ambas capas de mousse se montan en moldes y se dejan enfriar al menos un par de horas para que la textura sea perfecta. Después se desmoldan y se colocan encima de los círculos de galleta sablé. Y como broche final, frambuesas frescas para decorar. Un postre que combina lo mejor de la cremosidad con el toque ácido de la fruta.
Cuando se trata de conseguir favores, que por pedir no queden. Con esta tarta de fresas cremosa te aseguramos que no habrá un “no” que se te resista. Empieza preparando un bizcocho casero con 1 vaso de yogur natural, 3 vasos de harina, 2 vasos de azúcar, 4 huevos, 1 vaso de aceite de oliva, 1 sobre de levadura y ralladura de limón. Bate bien la mezcla, viértela en un molde untado con mantequilla, hornea 45 minutos a 180 °C y deja que se enfríe. Mientras tanto, monta 400 ml de nata bien fría con un poco de azúcar y mézclala con 300 g de queso crema hasta obtener una crema suave. Corta el bizcocho por la mitad, añade una capa de crema y trozos de fresa, coloca la otra mitad encima y repite con más crema y fruta por arriba. Decora con hojas de menta y, si quieres, unas frambuesas o arándanos. Fácil, vistosa y tan rica que desaparecerá en segundos.
Pellízcate, porque en tan solo 20 minutos te llevarás a la boca uno de los mejores bocados cítricos del mundo mundial. Esta mousse de limón con leche condensada y nata montada se prepara de forma muy sencilla y sin complicaciones. Solo tienes que semimontar 100 ml de nata bien fría y, en otro bol, mezclar 150 ml de leche condensada con 188 gr de yogur, 75 ml de zumo de limón y un poco de ralladura. Luego, se incorpora suavemente la nata para lograr una textura cremosa y aireada. Se reparte en vasitos y se deja reposar en la nevera unas horas hasta que coja cuerpo. Para decorarla, puedes añadir rodajas finas de limón, hojitas de hierbabuena y un toque divertido de caramelo de limón triturado. Un postre casero, refrescante y con ese punto justo de acidez que lo hace irresistible.
>> La nata montada es protagonista indiscutible de la repostería más tradicional. Y si no que se lo pregunten al surtido de dulces navideños que viste cada año nuestra mesa y a la mona de Pascua de chocolate. A su vez, la nata montada también es uno de los ingredientes del roscón de Reyes más ovacionados y que no pueden faltar jamás de los jamases para que el resultado sea de diez. ¡Olé!
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