Compostaje doméstico: qué es y cómo se hace

No sabes si ha sido tu conciencia medioambiental que finalmente se ha impuesto o te han empujado tus hij@s casi como sin darte cuenta, pero por fin te has atrevido con esto del compost casero. Sin embargo, no tienes ni idea de por dónde empezar. Keep calm, my friend, porque este post lleva tu nombre y apellidos. Quédate con nosotros, te explicamos qué es el compostaje y cómo llevarlo a cabo en tu casa. Go!

Lección número 1: ¿qué es el compostaje? Hagámoslo fácil, sin complicarnos la vida. El compostaje es el proceso mediante el cual la materia orgánica se transforma en compost. Vaya, en abono natural para tus plantas. Se produce gracias a la acción de organismos que descomponen los restos orgánicos, por ejemplo, lombrices, hongos y bacterias. Fascinante.

Para que te hagas una idea, de cada 100 kg de residuos orgánicos se pueden llegar a obtener unos 30 kg de compost. ¿Ventajas de hacer compost en casa? No solo tus plantas estarán más “happy”, sino que contribuirás a la reducción de abonos químicos y, por lo tanto, también a cuidar el planeta.

El compostaje doméstico es la clave. Cada vez son más los fans del compost DIY, porque no solo cuidamos del medioambiente, también ahorramos en sustrato para nuestro huerto urbano o jardinera vertical con palets. Interesante, ¿verdad?

Aquí tienes todo lo que debes tener en cuenta a la hora de hacer compostaje en casa:

Antes de empezar, es importantísimo que tengas presente cómo vas a almacenar los residuos orgánicos. Plantéate si quieres utilizar compostadores o bien prefieres hacer compostaje “en montón”. Bajo nuestro punto de vista, si quieres iniciarte en este mundillo, empieza por el primer sistema. Es mucho más cómodo, principalmente porque el recipiente puede cerrarse.

Créenos cuando te decimos que el emplazamiento del recipiente compostador es fundamental para el éxito del proceso de compostaje. #ALDIConsejo: ubícalo en una zona abrigada y cálida. ¡Ah! Y que sea un sitio práctico, por ejemplo, que esté cerquita del jardín y de tu cocina.

En primer lugar, llena el recipiente con una capa seca y leñosa, así como un poco de estiércol para que actúe de levadura. Ya tienes la base. Después, añade una segunda capa de restos orgánicos. Ves alternando capas de materiales secos con residuos húmedos. #ALDIConsejo: hazte con hierba cortada, hojas secas, restos de cosechas y paja, por ejemplo. También puedes incorporar alguna capa de compost viejo. Ya casi lo tienes.

¿Ya has llenado más de la mitad del compostador? Perfecto, ahora toca remover a conciencia todos los restos en descomposición. Voilà!

Si ves que el compuesto está muy seco debes regarlo con cuidado. Tatúate a fuego lo siguiente: es vital que el compost esté siempre húmedo, pero sin que llegue a estar empapado. Cuidado. #ALDIConsejo: ocasionalmente puedes mezclar el agua con un poco de purín de estiércol u ortiga.

¿Sabías que los microorganismos responsables del proceso de compostaje necesitan oxígeno para trabajar? Por eso es fundamental que airees el compostador, mezclando y removiéndolo todo con cierta regularidad. Un dato curioso: los microorganismos que se encargan de la putrefacción no necesitan oxígeno para llevar a cabo su función, por eso el compostaje olerá mal si no se airea. Por último, ten presente que la temperatura óptima del compost oscila entre 65 y 70ºC.

… cuando hayan pasado 4 o 5 meses aproximadamente. Fíjate que cuando finalice este periodo, las capas inferiores del compostador se habrán fermentado a la perfección. En definitiva, cuando tu compost haya adquirido un color marrón oscuro, un olor agradable a bosque y una textura esponjosa, estará listo para usarse como abono en tus plantas de interior o exterior.

Si no tienes ni idea de qué elementos sirven para compostar y cuáles no, no te preocupes. En ALDI hemos preparado una lista que podrás consultar cada vez que lo necesites. Aquí la tienes:

• Qué puedes compostar: plantas y hojas secas, restos de verduras, frutas y legumbres, residuos de cosecha y de poda triturados, matas y matorrales, posos de café y té, cáscaras de huevo y frutos secos, servilletas y papel de cocina (no impreso ni coloreado), trozos de madera no tratada y serrín, tapones de corcho y restos de pelo, entre otros. 
• Qué no se recomienda compostar. Aunque sean biodegradables, estos residuos pueden generar muy malos olores y atraer visitantes indeseados, por eso es mejor no utilizar para hacer compost casero: comida cocinada, carne, pescado y marisco, frutos y vegetales podridos, etc.
• Qué no puedes compostar: materiales químicos-sintéticos, carbón, plantas con hongos u otras plagas, detergentes, productos clorados, antibióticos, tabaco y, evidentemente todos aquellos residuos no degradables (vidrio, metales, plásticos), entre otros.

#ALDIConsejo: cuantos más desechos tengas en tu compostador y más variados sean, mayor será la calidad de tu abono natural.

En ALDI somos conscientes de que la primera vez que realizas tu propio compostaje te pueden inundar un mar de dudas. Que no cunda el pánico, te ayudamos. Intentamos resolver las preguntas más frecuentes:

La respuesta es sí, pero siempre que dispongas de un sitio aireado y resguardado de las inclemencias del tiempo, por ejemplo, una terraza. En este caso, hazte con un recipiente compostador urbano o vermicompostadora, te vendrá como anillo al dedo.

Si tienes un compostador urbano o vermicompostadora, necesitarás de la ayuda de unos amiguitos para acelerar el proceso de compostaje. Se trata de una especie de lombriz denominada roja de California (Eisenia Foetida), que ingiere y transforma mediante la succión la materia orgánica en descomposición. ¿El resultado? Un abono orgánico, repleto de enzimas y bacterias muy beneficiosas para las raíces de nuestras plantas. Y en un tiempo récord.

Como te hemos dicho al inicio del post, el compostaje nunca debe oler mal. Al contrario, recuerda que debe oler a bosque húmedo. #ALDIConsejo: para evitar la falta de oxígeno al hacer compost, remueve los restos vegetales a menudo.

Los atraerá si no tomas las precauciones necesarias. Solo tienes que enterrar la comida con restos de hojas secas, césped o papel, como más rabia te dé. Problema solucionado.