Paso 1
Pela las cebollas tiernas, córtalas en cuartos y colócalas en un cazo pequeño con un diente de ajo chafado. Cúbrelas con aceite de oliva suave y llévalas al fuego 40 minutos sin que el aceite llegue a hervir. Después escurre las cebollas y retira el diente de ajo.
Paso 2
Escalda el perejil con agua hirviendo y, justo después, refréscalos en agua helada y escúrrelo.
Paso 3
Después, coloca las cebollas y el perejil en un vaso mezclador, añade ralladura de limón y tritura con la batidora hasta obtener una textura fina. Pon a punto de sal y pimienta, resérvalo y empieza con los carabineros.
Paso 4
Pela uno de los carabineros y sofríelo en un cazo pequeño con aceite de oliva, presionando la cabeza con una cuchara para que suelte todo su jugo. Retira del fuego y, cuando baje la temperatura añade unos 150 ml de aceite de oliva. Tritura finamente con una batidora, cuela, pon a punto de sal y reserva.
Paso 5
Chafa los dientes de ajo y dóralos en una plancha con aceite de oliva, añade los carabineros salpimentados y pásalos 2 – 3 minutos por cada lado.
Paso 6
Sirve los carabineros con la crema de cebolla tibia. Añade unas gotas del aceite de carabinero, unas escamas de sal y unos granos de pimienta machacados y sírvelos. ¡Así lucirán más!