Paso 1
Cuece la calabaza en agua hirviendo durante unos 20 minutos o hasta que esté tierna. Retira del agua y déjala enfriar un poco. Machaca la pulpa de la calabaza con un tenedor o pasapurés hasta que quede un puré homogéneo y fino.
Paso 2
Enharina la superficie de trabajo y pon encima el puré de calabaza en forma de volcán. En el hueco echa la sal, la pimienta, la nuez moscada molida (si decides ponérsela) y las 2 yemas de huevo batidas. Mezcla con los dedos poco a poco y ve incorporando harina en pequeñas cantidades hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos, que sea flexible, blanda y puedas manipular fácilmente.
Paso 3
Haz una pelota y déjala reposar 10 minutos en la nevera. Separa la masa por partes y estírala dándole forma de churro o cilindro y córtala en porciones de unos 2 cm.
Paso 4
Puedes dejar los ñoquis con esta forma o hacerles pequeños surcos presionando los dientes de un tenedor por la superficie y haciéndolos girar sobre sí mismos.
Paso 5
Hierve agua con sal y echa los ñoquis en pequeñas cantidades para que no se peguen entre ellos. Cuando empiecen a flotar retíralos de la olla con una espumadera.
Paso 6
Calienta la mantequilla en una cazuela, saltea los ñoquis y espolvorea con queso Grana Padano.